samedi 18 août 2007

Cómo viví el terremoto, que hasta ahora deja más de 500 muertos


Estaba en mi casa, jugando Legend of Zelda: Ocarina of Time en mi PC. Arriba, mi abuela ordenaba la ropa recién planchada y mi abuelo veía la tele. En el patio, mi papá jugaba con mi sobrina Xiomi y, mi madre, hacía instantes que había salido a pagar una cuenta.
Dieron las 6:40 y mi pantalla comenzó a temblar. Pensé que el temblor iba a pasar, pero no. Mi Messenger se desconectó. Mi papá ya estaba debajo del dintel con su nieta.
Subí inmediatamente a ver a mi abuela, quien le tiene pavor a los temblores. Ella recién se había dado cuenta del sismo. Traté de tranquilizarla, pero la casa comenzó a tambalearse.
La llevé al dintel del cuarto más cercano y la abracé. “Ya va a pasar”, le decía, tratando también de tranquilizarme. Estaba demasiado nerviosa y sentía su corazón latir con rapidez. Mi abuelo estaba en el dintel del baño. “Vieja, tranquila”, le decía.
Pero el sismo crecía en intensidad. Esto ya es un terremoto, pensé. Tenía que sacar a mis abuelos del segundo piso. Cogí a mi abuela, pero ella no quería moverse. “Abuela, tranquilízate”, le grité –¡perdóname, abuela!-. Ahí accedió a bajar, pero quería dejar la ropa que tenía en sus manos en la cama de mi mamá. “No”, le contesté y la dejé en un banquito.
Bajamos abrazados y el terremoto no terminaba. FUERON LOS DOS MINUTOS MAS LARGOS DE MI VIDA. Llegamos al primer piso, mi sobrina lloraba, asustada por los lamentos de su bisabuela.
Mi mamá recién llegó en ese momento, llorando. Arropamos a mi abuela y nos quedamos afuera de la casa. Temíamos por la réplica.
Poco a poco retornó la calma. Prendí la tele y la radio para buscar información. Mi conexión a Internet seguía mal, las líneas telefónicas colapsaron. Ya por las imágenes, pude darme cuenta de la intensidad del terremoto, que sacó a los limeños de sus casas y sus trabajos.
Horas después nos enteramos que el movimiento telúrico había sido de 7 grados y su epicentro estaba en el mar frente a Pisco, región Ica, al sur de Lima. Varias ciudades iqueñas han quedado muy afectadas y se calcula unos 350 muertos hasta el momento.
Por lo pronto, mis planes de viaje fueron cancelados. Estamos preocupados por unos familiares por parte de mi papá: una prima suya en Ica y su tío en Lunahuaná.

Fuente : "blog" de Pedro Rivas Ugaz, 30 años, bachiller en Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.
Foto : vista aérea de la ciudad de Pisco en la que pueden verse los importantes daños causados por el terremoto.

Pueden leerse más testimonios en primera persona en otros "blogs". Para ellos, haz clic aquí o allí

1 commentaire:

Pedro Rivas Ugaz a dit…

Gracias, por utilizar mi post para enseñar español. Saludos desde Lima.